La República de Bielorrusia es un pequeño país de 10 millones de habitantes, que posee una curiosa historia política, social y cultural. El trayecto histórico de la progresiva transformación de su territorio, y las bases sociales de la idiosincrasia de sus habitantes, se encuentran inevitablemente unidas a fuertes nexos con el vecino país Rusia del que es fuertemente dependiente en materia económica.
La dependencia es derivada de las políticas que promueve el gobierno ruso basadas en subsidios y beneficios en el sector energético, dada las estrechas y beneficiosas relaciones bilaterales que Bielorrusia por su estratégica posición geopolítica le genera, al cumplir este su función como canal tránsito del petróleo y gas para su venta y distribución en Europa occidental.
El presidente Aleksandr Lukashenko, quien ha dirigido al país ex soviético durante 26 años, busca ser reelecto en las próximas elecciones presidenciales del 09 de agosto del presente año. Sin embargo, la antesala a estas elecciones ha estado marcada por:
- Su polémica posición y declaraciones referidas a la crisis generada por la actual pandemia por coronavirus.
- Los continuos ataques e intentos de asfixiar el liderazgo de la oposición.
- Las continuas manifestaciones ciudadanas en rechazo a la baja calidad de vida y las pretensiones del presidente al mandato vitalicio.
Lukashenko y el Covid-19: La negación de una crisis
El presidente Lukashenko, denominado a menudo como “El último dictador de Europa” ha sido altamente criticado y cuestionado por su desempeño en el manejo de la crisis por Covid-19. Tras menospreciar y bromear sobre las medidas que han adoptado la gran mayoría de países, para intentar contener los contagios masivos y la propagación del virus, Lukashenko ha dado polémicas de declaraciones al respecto al referirse a estas como “psicosis de masas”, además de recomendar a los ciudadanos bielorrusos “sudar en un sauna y tomar vodka”.

El presidente bielorruso Alexander Lukashenko, participa en un partido de hockey durante las competiciones de aficionados republicanos en Minsk, Bielorrusia, el 28 de marzo de 2020 / Foto: A. Pokumeiko / BelTA Pool Photo vía AP, File. ASSOCIATED PRESS,
Su gestión sobre la pandemia se ha considerado pésima, pues se ha basado en la negación de la misma, restar importancia a la gravedad de la situación y poner en peligro a los habitantes, pues no se decretó el confinamiento obligatorio. Las actividades deportivas y el sector educación continúan con total normalidad, por si fuera poco, fue realizado con total normalidad el desfile en conmemoración al “Día de la victoria sobre la Alemania Nazi” evento que convoca a la masiva participación, hecho desprovisto de cualquier sentido de responsabilidad política. Mientras las cifras sobre los contagios por Covid-19, mostradas por las instituciones del gobierno son vistas con sospecha y escepticismo por parte de los ciudadanos, la mayoría a pesar de las declaraciones y medidas inauditas del presidente deciden usar mascarillas, aplicar y respetar las medidas sanitarias de seguridad.
Mientras los bielorrusos atraviesan la crisis por coronavirus, en un escenario donde el gobierno autocrático y represivo dirigido por Lukashenko desde 1994, cumple el papel de indiferente enfocándose solo en callar la voz y recomendación de los expertos, sometiendo a un control autoritario a la sociedad civil, ocultando y manipulando información referida a las cifras de contagio, se aproximan unas elecciones cuestionadas y altamente criticadas, pues el sistema electoral es evidentemente controlado por las instituciones del gobierno, siendo así como este proceso pretende otorgar “legalmente” el sexto mandato al presidente.

Personas que llevan máscaras faciales son vistas en una calle de Minsk, Bielorrusia, el 22 de mayo de 2020 / Foto: Henadz Zhinkov / Xinhua.
Un nuevo proceso electoral: el engranaje autoritario frente a la sociedad civil
El reciente proceso electoral que enfrentó al régimen autoritario de Lukashenko con la oposición, fueron las elecciones legislativas del año pasado, que tuvo como resultado una victoria arrolladora para los partidos oficialistas, mientras los partidos de oposición no obtuvieron ni un solo escaño en el parlamento, hecho que fue rechazado e intensamente criticado por los observadores internacionales de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, pues según sus declaraciones fueron vulnerados los derechos políticos y civiles de los ciudadanos, además de la poca credibilidad en cuanto a la transparencia del proceso electoral.
En vísperas de las próximas elecciones las tensiones han ido en gradual crecimiento, ya que Lukashenko ha dirigido todo el peso de sus esfuerzos a cortar de raíz el liderazgo de la oposición. El pasado 18 de julio fue arrestado al ser imputado por presuntos casos de corrupción, el representante más destacado de la oposición Viktor Babariko quien reunió las firmas necesarias para postularse como aspirante a la presidencia del país.

Bielorrusos se congregan para firmar en apoyo de posibles candidatos en las próximas elecciones presidenciales el 31 de Mayo, 2020 / Vasily Fedosenko / Reuters.
Minsk: campañas, protestas y coacción

Reunión de recogida de firmas en apoyo a los candidatos opositores en Minsk / Tatyana Zenkovich / EPA /TASS.
Luego de estas medidas represivas se han suscitado una serie de protestas, que tienen como consigna “aplastar a la cucaracha”, para expresar el descontento social, producido por la detención de estos prominentes representantes de la oposición. Coacción, represión y encarcelamientos a los manifestantes han sido las respuestas de Lukashenko quien justificó estas acciones, al declarar que con estas se frustró un presunto plan que intentaba desestabilizar al país con actores internos y extranjeros.

Activista de la oposición en manifestación en Minsk el 31 de Mayo 2020 / Foto: Tatyana Zenkovich / EPA-EFE.
Todo apunta a que este proceso electoral será uno de los más tensos para la nación Bielorrusa, país que figura como uno de los pocos países no libres de Europa de acuerdo con Freedom House, con un régimen autoritario según el The Economist Intelligence Unit, y en el cual se vulneran deliberadamente los derechos humanos. En un escenario en el cual la crisis sanitaria generada por Covid-19, y la indiferencia de las instituciones de gobierno, la maquinaria represiva a la orden de Lukashenko para suprimir las legítimas demandas de la sociedad civil, perseguir y encarcelar a los líderes de la oposición, los ciudadanos están dispuestos a:
- Enfrentar la pandemia adoptando las medidas y consejos de los expertos, como un acto abierto de rebeldía, a la negación e indiferencia, por parte de Lukashenko y sus partidarios.
- Continuar manifestándose, aún en medio de las acciones represivas y autoritarias del presidente, quien ya visualiza una victoria prácticamente segura en las próximas elecciones.
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